Situada a orillas del río Moldava, esta ciudad se edificó en torno a un castillo del siglo XIII que posee elementos arquitectónicos de estilo gótico, renacentista y barroco. Český Krumlov es un ejemplo de pequeña ciudad medieval de Europa Central único en su género, ya que su apacible desarrollo ha permitido conservar intacto su patrimonio por espacio de más de cinco siglos.