Situada en un puerto natural del Adriático, esta ciudad montenegrina fue en la Edad Media un importante centro comercial y artístico con afamadas escuelas de albañilería y pintura de iconos. Muchos de sus monumentos –comprendidas las murallas y cuatro iglesias románicas– fueron gravemente dañados por un terremoto en 1979. Su restauración posterior se debió en gran parte a la ayuda proporcionada por la UNESCO.